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miércoles, 28 de mayo de 2014
Ella es Jeska (Yeska),
cuando la recibí y se hizo parte mío en el año 2009. Desde esa fecha y hasta el
día de hoy es mi perris, la bebé, la que me acompaña a cada paso que doy, no se
despega de mí. Es tan gratificante llegar a la casa, después de un día largo,
del cansancio mental que ella se te tire encima, te voleé la cola hasta más no
poder y se levante casi para abrazarte, me hace feliz. Y es que si me voy un
momento me va a saludar con el mismo amor que como si me hubiera ido meses, es
de las cosas bonitas que tiene este mundo, algo sincero y que me devuelve la
esperanza en este mundo tan podrido.
Esa pastora alemán, es
hija mía, un amor mutuo... ¿el mejor amigo del hombre?, posiblemente, ya que es
sincera con sus acciones, y sea por instinto o porque hay una conexión que no
es fácil de explicar, ella es parte mío, solo le agradezco por los años a mi
lado, y aunque sea raro una carta para un perro, ya está hecho.
